no sé si seré el
primero
en sentir el
desespero,
que es tener entre
las manos
un cuerpo tan
deseado,
sin poder pintar las
caricias
que la mente ha imaginado.
lo que antes fue
locura:
estar atrapado en sus
redes,
convertido en el muñeco
convertido en el muñeco
que decora sus
paredes.
al sentirse
rechazado,
aunque solo cometió
un pecado,
amarla perdidamente
sin verse
correspondido,
y abandonado en el
camino
a las puertas de la muerte.
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