viernes, 26 de julio de 2013

VIEJO BARRIO DE GRACIA

Calles de patios sombríos
con puertas de contra-chapa,
por el viejo barrio de Gracia
paseaba con sombrero y capa.

De un balcón de reja labrada
donde cuelgan esteladas,
dan la voz que ya se acercan
manifestantes y guardias.

Corriendo por Torrent de L'olla
para salir a la plaza,
me encontré frente por frente
con un grupo que gritaba:

¡Nosaltres som obrers
no som prisioners!,
¡Llibertat, amnistìa
estatut d'autonomìa!

Giré por la primera calle
creyendo que era prudente,
salirse de allí corriendo
antes que hacerse el valiente.

Me topé con cinco grises
mas grandes que aquella plaza
uno me cogió de un brazo,
creí que me lo arrancaba.

Ninguno pronunció palabra
yo tampoco pude expresarme,
solo note que de la cabeza
sangre empezó a brotarme.

Desde el primer golpe supe
que me iban a dar para el pelo,
cuando unas manos con firmeza
me ayudó a levantarme del suelo.
Miré al dueño de aquellas manos
para darle gracias por su ayuda,
viendo que quién me había salvado
era mujer, y era una hermosura.

"Gracias, -le dije aún asustado-
no sé como le agradecería,
la ayuda que me ha prestado".
¿Podríamos vernos algún día?

Allí empecé una nueva vida
junto a la mujer que me salvaba,
ya lo dice la sabiduría popular:
"Bien está lo que bien acaba".

Hasta el viejo barrio de Gracia
mis pasos hoy me han llevado,
y he vuelto a sentir en la piel
las vivencias de mi pasado.

Más no quedan patios sombríos
Gracia ya no es lo que antes era,
entonces los días eran soleados
y siempre era primavera.

Mi barrio amigo, viejo Gracia
quién sabe si volverán algún día,
a respirarse en tus calles y plazas
el aire de tu perdida alegría.

Vuelve a ser tu, viejo barrio
reten la esencia que de ti escapa,
que están deseando pasear en ti
un sombrero y una capa.

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