sábado, 23 de noviembre de 2013

DUDÉ DE TI.

Ayer una pesadilla tuve
soñé, ¡Dios no lo quiera!
¿que sería de mí,
si de repente perdiera
el amor que recibí?



Después de rozar mis labios
tu suave y final piel,
después de haber tomado
de los tuyos dulce miel,
¿como pude yo soñar
que tú no me eras fiel?



Si mi pecho ha sentido
de tu corazón el latir,
y habiéndote oído
entre mis brazos gemir,
soñar lo que ayer soñé
es empezar a morir.



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