La bruma inicia su recorrido
su ingravidez,
entre los arriates
de los jardines del mundo,
buscando captar tu esencia.
Conseguido su propósito,
la bruma dirá a la brisa del mar
que pose en mis manos tu esencia,
para que mi espíritu
que son mis noches sin ti.
Solo si el recuerdo
consigue aturdir mi espíritu,
como antes tu presencia
aturdía mi cuerpo,
podré soñar,
llegar hasta donde estés,
y las vidas que me queden
solo por encontrarte a ti,
con ansias las viviré.
Mientras aguardo tu regreso,
mis ojos no lloraran,
lo harán cuando seas tú la que acompañe
a tu esencia,
y cuando estés aquí,
reposando entre mis brazos,
sabiendo que tú, espíritu libre,
pronto me volverás a dejar.
Y no me importará,
te diré adiós sonriendo
pues la pena que al irte me dejas,
es pequeña, si la comparo
con los momentos vividos
de amor, pasión y pecado.
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