viernes, 10 de octubre de 2014

ALMUÑÉCAR


Almuñécar, te vi entre un mar de llanto
y vi, como ebria por tu intenso aroma,
se despierta la luna, que se asoma
y pinta con luz el Peñón del Santo.





Su influjo dibujó tu mar de olas
rugientes, que en aquel mismo momento,
iniciaron su danza con el viento
al ritmo de las blancas caracolas.




Tus festivas noches, visten de luces,
y llenan tus calles con tanto color,
que hasta en los cielos, ven tu resplandor.






Por todos tus dones, tú me seduces
por tener en tu piel, de la mar su olor,
de hombre firmeza, de mujer candor.




Este poema, ALMUÑÉCAR, está dedicado a la familia Saez Pérez, empezando por María Dolores, que junto a su marido, Jorge, tuvieron la amabilidad de acompañarnos en los días que estuvimos en tan hermosa Ciudad de Granada, y continuando por el resto de quienes conocimos, de tan estupenda familia: 
Ángel y Mari, hermano y cuñada de María Dolores,
Antonio, el inefable vecino del número 1 de la calle Mero, después de subir 138 escalones.
Juan y Lourdes, prima de María Dolores y su marido. 
Y a todas las personas que nos han hecho sentir, como si estuviéramos en casa.
A todos les damos las gracias por su amabilidad y acogida. Esperamos verlos de nuevo.
Besos y abrazos, Emilio y Montse


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