La llaman “la niña de la gafa oscura”
pero nadie sabe cual es tu pena
y por qué cada mañana en la faena
a sus compañeras esquivar procura.
No quiere explicar nada de su vida
ella la eligió y ha de pagar el pato,
pensando “total si solo es un arrebato”
no supo ver en la casa, la guarida.
Sí, aquel hombre era una alimaña
cruel, le recordaba sus obligaciones
que por ser mujer eran devociones
¡que él era un hombre!, decía con saña.
Que he hecho Dios, para ser vejada
si mi corazón es como el de un niño
hecho solo para dar dulzura y cariño
quizás, un poco loca y enamorada.
Y el amor me cegó de tal manera,
que no veía el daño que me hacía,
por culpa del alcohol que él bebía,
me maltrataba, tras cada borrachera.
Pero ya no puedo más, Dios mío
que mi carne no tiene mas aguante
ni seré yo quien le arroje el guante
que esa bestia, no entiende desafio
Denunciaré al agresor, aunque me mate
por el maltrato que me dio gratuitamente
y que lo hagan pagar inmediatamente,
mientras sanan mis heridas, pudrase un orate.
Pasaron varios años y gano el olvido
aquel maltratador seguía a sus anchas
viviendo una vida llena de manchas
hasta que llegó y mato a mi marido.
De nada sirvió cambiar de casa,
de barrio, y hasta de ciudad incluso
aquel monstruo dejo de ser recluso
porque el señor juez rebajó la tasa.
Señores que hacemos, ni la venganza
nos sirve, que no somos el hampa.
Ya se dice, hecha la ley hecha la trampa
mientras quien delinque, feliz holganza.
Ya no la llaman “la niña de la gafa oscura”,
el Sol ya no ha de ver, pues está muerta.
El juez dictó, ella gritó y en la reyerta
su corazón no pudo más. Dios ¡que locura!
Un maltrato se inicia con desplantes,
hay que combatir, todos somos “mujeres”
y entre nuestras obligaciones y deberes
está acabar con los mal tratantes.
El día que consigamos, el maltrato desterrar
habremos puesto las bases para el nuevo futuro
en un mundo, que al ser por fin más maduro
nos permitirá, al actual mundo enterrar.
Maltratador, nadie ha de sufrir tu sinrazón
hiciste mucho daño y a mucha gente inocente
y por mucho que te disculpes, queda patente
que hay seres, como tú, que no tienen corazón.
Muy bueno...
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