"Tú, amado
mío, eres el bien
y allá donde vaya,
te aguardaré".
a que la luna llegue,
donde tu estés.
Y seguiré
enviando mis besos,
para tu piel.
Continuaré
regalándo a tu
boca, caramelos de miel.
Y entregaré
mi corazón entero, para
volverte a ver.
"Tú, amado
mío, eres mi bien
pero a mi cielo, he
de volver".
el agua milagrosa,
para la sed.
Y encontraré
el rincón de los
misterios, de nuestra fe.
Recogeré
un sol y miles de
estrellas, por ti lo haré.
Y los ofrendaré
en el altar de los
sacrificios, del mal y el bien.
"Amado mío ya ésta vida de tí se fué,
¿vendrás conmigo?".
¡Contigo iré!
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