
No te vayas, que te quiero.
No te vayas que me
muero
si pierdo tu gran
amor,
y si los brazos he de
abrirte
perderé hasta la
razón.
¿Quién me empujó a
enamorarme?
no fuiste tú, que fuí
yo.
No te vayas, que te
quiero.
Más si te vas y es de
día,
te diré adiós con
alegría
después, viviré con
el dolor.
Más si te vas y es de
noche,
te diré adiós sin un reproche
después, llorará mi
corazón.
El se marchó.
Yo aquí me quedo.
Mientras se iba
alejando
mi boca fué musitando,
¡te querré siempre mi
amor,
te querré siempre mi...!
te querré siempre mi...!
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