Del cielo cayeron
estrellas de fuego,
en aquel atardecer
del 24 de Enero.
Fue sobre la cama
de la habitación,
que comunicaba
con el comedor.
Se hallaban
dispuestos
para la ocasión,
preñada, matrona
familia y doctor.
"Calentad el
agua
traedla enseguida,
que ya esta saliendo
y trae mucha
prisa".
El niño empujaba
la madre gemía,
¡Dios cuanto dolor
parir una vida!
"Respira fuerte,
así
ya no ha de tardar
aprieta fuerte, mas,
que pronto
saldrá".
El marido nervioso
a su mujer consolaba,
y la preñada le dijo
dándole una bofetada:
"Por tu culpa me
veo
sufriendo este dolor,
la próxima vez nanai
a mi no me haces
dos".
El niño mientras
tanto
el último empujón
dió,
la madre sintió
alivio
¡por fin mi niño
nació!
Era ya el 25 de Enero
la madrugada era
fría,
y las estrellas de
fuego
del cielo aún caían.
NOTA: en este Poema, he tratado de plasmar un nacimiento, que tuvo lugar en Sevilla. Ocurrió el 25 de Enero de 1951 y se trata de mi propio nacimiento. Me he servido de los comentarios que me hicieron, cuando los entendí, algunos de los familiares, que asistió a mi llegada. Hoy, de todos ellos, solo quedan tres, que son: tia Salud, primo Emilio y prima Marta. Les doy a los tres, en nombre de todos los demas, las gracias por haber estado presentes aquel 25 de Enero.
Besos, Emilio
Besos, Emilio
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