
Llegué
fui fácil presa
para quién se
transforma en santateresa (*).
Me conquistó
con picardía
que ellas, las hembras, transforman en brujería.
Me anuló
su mente fría
quise resistirme a su
hipnotismo, más no podía.
Me abrazó
y sonreía
mientras con caricias
y besos, yo la cubría.
Me mató
no sentí dolor
solo sentía los
placeres de su inmenso amor.
Me devoró
¡y convencida!
al notar que en su
cuerpo, había otra vida.
Mantis, mujer,
pon atención
porque ambas son un
riesgo, si hay pasión.
(*) Nombre dado a la
Mantis Religiosa, en algunos países de Sudamérica y en algunos lugares de
España.
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