tráeme tu mirada
para que ella ilumine
mi despertar, cuando nace la mañana.
Si vienes
tráeme tus alegrías
recordaré tu rostro,
cuando sonreías.
Si vienes
tráeme la dulzura
que tienen tus labios
cuando ellos besan, con
besos sabios.
tráeme tu corazón
que en él se
alimentan
las ramas y raíces del árbol de mi amor.
Si vienes
tráeme tu cuerpo
pagaré condena, pero te habré amado.

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