pero creí estar (pero
al entrar, yo creí estar)
fuera de mi mundo.
¡Qué paz
qué alegría!,
en aquel lugar
vi, y no veía.
Sí, a ti te vi
tendidas tus manos.
Sentí que en tu pecho
tu corazón latía
con la misma fuerza
que antes lo hacía.
ganamos nosotros
y perdió la muerte.
Hermano del alma
faro que me guía
paz para mi alma
y sol para mis días.
Fue solo un segundo
pero creí estar (pero
al entrar, yo creí estar)
contigo en tu mundo.
NOTA: este poema resume un instante de la visita que hicimos
a Italia en Octubre del 2012, Berta, Manuel, Marina, Montse y yo.
Y quiero dedicarlo a ellos cuatro, que me dieron la fuerza
que en muchos momentos me faltó, dándoles las gracias, por compartir su tiempo
conmigo y soportar mis manías, que a veces, ni yo mismo soporto.
Si en algo les molesté, les pido que me perdonen, aunque de antemano
sospecho que lo harán, pues de ellos, he recibido muchas muestras de cariño.
Os
quiere, Emilio.