Los rayos del sol
candente
que acompañan la
alborada,
me despiertan por mi
amada
los deseos de
adolescente.
Ella, que remedia mis
dolores
con sus manos, que
son la paz,
ella, la única mujer
capaz
de dar a mi vida, luz
y colores.
Ella, que es de mis
deseos aliento
de mis pasos perdidos
es posada,
ella, mi fiel y
eterna enamorada
ella, dueña de mi
pensamiento.
Amor, que me lleve
antes la muerte
pues vivir sin ti, sé
que no podría,
sabiendo
que a ti, amada mía,
mis ojos, ya no
volverían a verte.
Nota:
Ella lo sabe, yo tengo dudas. Como dijo Aristóteles "La duda es el principio de la sabiduría", y Ella me ayuda regalándome, cada día, un pellizco de la suya.
Quizá acabe atesorando algo de sabiduría, pero pensad que si así fuese, estará formada por la que ella me regala y también, por la recibida de los hombres y mujeres con los que he convivido. Entre todos me han enseñado lo que hoy sé.
A Ella y a todos los hombres y mujeres con los que he andado el camino de la vida, gracias.
Como final deciros, que los defectos los traía de serie.
Nota:
Ella lo sabe, yo tengo dudas. Como dijo Aristóteles "La duda es el principio de la sabiduría", y Ella me ayuda regalándome, cada día, un pellizco de la suya.
Quizá acabe atesorando algo de sabiduría, pero pensad que si así fuese, estará formada por la que ella me regala y también, por la recibida de los hombres y mujeres con los que he convivido. Entre todos me han enseñado lo que hoy sé.
A Ella y a todos los hombres y mujeres con los que he andado el camino de la vida, gracias.
Como final deciros, que los defectos los traía de serie.
