Como no he de admirar
tan bella y linda cara,
si es la cara de la
virgen
Esperanza de Triana.
Mira que colores
tiene
que colores de
gitana,
al verla ganas me
vienen
de decir mil veces...
¡guapa!.
Y a su paso por el
puente
cuando ella el río
pasa,
va dejando bien
patente
el salero de una
raza.
El capataz manda el
paso
los costaleros lo
marcan,
mientras ella mira a
todos
con sus ojos de
gitana.
Quieren matar a su
hijo
y la pena no la deja,
hacer lo que ella
desea
bajar y darnos
cobijo.
En esos brazos de
madre
que a su prole los protege,
con un amor
inagotable
que le mana de su
vientre.
El puente ya lo ha
pasado
vuela el paso hacia
Sevilla,
pronto a la Virgen
gitana
le retornarán su
silla.
Nunca abandonó a sus hijos
los que viven en Sevilla,
pero allí no está su casa
está en la otra orilla.
Una saeta se oye a su
paso
por la calle de las
Sierpes,
suena a celestiales
ángeles
como en misa, suena
la salve.
La reina y señora de
Triana
ha emprendido el
regreso,
el dolor se instaló
en su cara
por su hijo, ¿estará
ya muerto?
El capataz dice: paso
de mudá
el aguador el agua
reparte,
los costaleros
inician el andar
hay que regresar,
pero con arte.
Y ya nuestra reina y
señora
está en su iglesia de
Triana,
ha de hacer otro
camino
ver a su hijo, su
hijo del alma.
Él caminando va con
rumbo
al calvario donde
entregará,
su vida y a cambio
borrará
los pecados de este mundo.
Jueves Santo, madrugá
después de doce
caídas,
el cuerpo lleno de
heridas
¡oh! Dios, ¿cuándo
acabará?
Le clavan manos y
pies
en cruz sobre un
madero,
y escriben en un
letrero
INRI ¡como se burlan
de él!
Le hirieron en el
costado
con saña y sin piedad,
y él en su inmensa
bondad
a todos ha perdonado.
No llores señora y
madre
tú tampoco hermano
mío,
estar en el cielo
confío
a la diestra de mi
padre.
Con el estaré al
tercer día
antes tocarme podréis,
verme y me
despediréis
cuando parta hacia
otra vida.
Seguid mis pasos os
pido
y
allí donde vayáis seréis,
tormento para los
fuera de la ley
y soporte del
desvalido.
Dejad que el destino
os lleve
predicad que hay
esperanza,
sed en los pleitos
balanza
que el amor todo lo
puede.
Y si alguno puede y
se escapa
venga al llegar la
primavera,
en Triana y Sevilla
le espera
la Esperanza morena y guapa.
Nota: .Este poema lo dedico a todos los sevillanos, que de una u otra forma mantienen las Cofradías que recorren sus calles cada Semana Santa. La de este año, está siendo muy lluviosa. Aún quedando cuatro días, este año está siendo tan nefasto como muchos de los últimos diez. Deseo que las Cofradías que aún tienen que efectuar sus procesiones, tengan suerte y no les llueva.
Saludos, Emilio