y lo dejo sin la
hombría
cuando esperando el
fin del día,
por aquella esquina
paso, aquel famoso matón,
que es la mano derecha de nuestro padrino y señor,
que es la mano derecha de nuestro padrino y señor,
y sin decir
"ésta boca es mía"
las cloacas se
convierten en cerrados basureros,
a las que van, los
que no pueden financiar
una vida muy
enganchada,
al logro de los placeres,
al logro de los placeres,
que según dicen lo adquieres
al consumir ciertas cosas.
al consumir ciertas cosas.
En esta ocasión, no
es el mejor de los ejemplos,
por ser el
protagonista de nuestro cuento,
conocedor de la
noche,
-a veces pasea la
calle en coche-
y sabe sacar tajada
de todo lo que en ella pasa.
de cabeza a la
alcantarilla,
si es que no te
cargan en la carretilla,
te llevan al
rompeolas
y te dan un baño
frío,
del que no te
salvarás,
pues te dejan seco el
gañote
aquellas que ya no
las podrás usar,
tengas pilila o garrote.
Pues todo fue porque
el guerrero,
de todo aquel que
pasa por nuestra calle,
que más que llena
está plagada
de borrachos,
prostitutas, proxenetas,
y gente de baja
estofa,
que con tanto
colorido, parece que sea fiesta,
dando gusto el
pasear, aún con tanto personal,
pues hacen que
nuestra calle, sea una calle de primera
Como les iba
contando, el guerrero metió la pata
dentro de una de las
latas, que él sabia no se podían comer,
pues el caviar que de
ella había comido, era caviar con destino
para que fuera
comido, por un famoso comedor
rivaliza en ceros por
la derecha,
-aunque les dé mucha
rabia-
con el mismísimo rey
de los reinos de Arabia.
El famoso al enterarse, blasfemó y monto en
cólera
diciendo en voz muy
alta:
"que se habrá
creído esa golfa
y el guerrero de la esquina"
y el guerrero de la esquina"
¿es que ninguno de
los dos se imagina
cual ha de ser mi venganza?
Pues quemarles con la
plancha las arrugas de la cara,
y como ya todo me
resbala, seguiré con las de
las manos y una vez
acabado el planchado
les haré cosquillas
en el ombligo y como no se podrán rascar,
será dulce la venganza, aunque los cuernos
si no quiero que los
vean,
me los tendré que
afilar.
El caviar volvió a la lata, la nena volvió a fregar
el guerrero a sus
batallas y el capo a negociar.
Esta historia es
ficticia, pero puede suceder
solo bastaría
"los elementos poner."
La calle es la mía, y
cual es, no diré,
lo que si les digo,
es que mi calle es una calle de bien,
por muchos guerreros
y capos,
proxenetas y
borrachos
prostitutas y más
gentes que se ven,
los seres que pueblan
mi calle, no los cambio por usted.
Sí, por usted que me
está leyendo,
que está acostumbrado
a lo fácil y los problemas para aquel,
"Claro, para que
cree que le pago. Para eso y lo que sea menester."
Más si algún día lo
veo paseando por mi calle,
le haré una señal que
no la comprenda nadie,
y si quiere yo le
invito a dar un paseo por ella
le invito a un paseo y a una jarra de cerveza.
Se dará cuenta señor,
que es mi calle como otras calles
con niños, ancianos y
madres y el resto está en las faenas
propias de gente sin
guantes,
pero con callos y
heridas
de trabajos
denigrantes.
En Barcelona se
encuentra, esta que hoy ya es su calle,
que prefiere estar
aquí que en los grandes bulevares,
porque cuando sale a
Las Ramblas,
a derecha esta la mar
y a izquierda el Santo Padre.
Y si no quiere andar
mucho, pasee por las Ramblas,
que lo hará entre los colores
que lo hará entre los colores
de tenderetes de flores,
con turistas y nativos en las mesas de los bares
y si ponemos a todos, en la lista no nos caben,
con turistas y nativos en las mesas de los bares
y si ponemos a todos, en la lista no nos caben,
que también hay trileros,
engañabobos, comadres,
y muchos más prototipos de variado pelaje,
y muchos más prototipos de variado pelaje,
que te quitan la
cartera mientras te ajustas el traje.
Más si tú estás
atento, nada te ha de quitar nadie,
porque desde aquel
Octubre, ¡recuerda!
Barcelona y sus gentes,
Barcelona y sus gentes,
son para el resto del Mundo
"Los amigos para siempre"
"Los amigos para siempre"