sábado, 28 de diciembre de 2013

MI CALLE


  La noche se cobró la deuda contraída
  y lo dejo sin la hombría
  cuando esperando el fin del día,
  por aquella esquina paso, aquel famoso matón,
que es la mano derecha de nuestro padrino y señor,
y sin decir "ésta boca es mía"
al llegar a él, se acercó y la mano le cogía.
En aquel apartado barrio, reflejo de la miseria,
las cloacas se convierten en cerrados basureros,
a las que van, los que no pueden financiar
una vida muy enganchada,
al logro de los placeres,
que según dicen lo adquieres
al consumir ciertas cosas.

En esta ocasión, no es el mejor de los ejemplos,
por ser el protagonista de nuestro cuento,
conocedor de la noche,
-a veces pasea la calle en coche-
y sabe sacar tajada de todo lo que en ella pasa.

Él sabe que si te metes y te pillan,
de cabeza a la alcantarilla,
si es que no te cargan en la carretilla,
te llevan al rompeolas
y te dan un baño frío,
del que no te salvarás,
pues te dejan seco el gañote
y húmedas tus partes nobles,
aquellas que ya no las podrás usar,
tengas pilila o garrote.

Pues todo fue porque el guerrero,
que vigila en todo momento
los continuos movimientos
de todo aquel que pasa por nuestra calle,
que más que llena está plagada
de borrachos, prostitutas, proxenetas,
y gente de baja estofa,
que con tanto colorido, parece que sea fiesta,
dando gusto el pasear, aún con tanto personal,
pues hacen que nuestra calle, sea una calle de primera
además de peatonal.
Como les iba contando, el guerrero metió la pata
dentro de una de las latas, que él sabia no se podían comer,
pues el caviar que de ella había comido, era caviar con destino
para que fuera comido, por un famoso comedor
de esas y otras delicias, pues su cuenta
rivaliza en ceros por la derecha,
-aunque les dé mucha rabia-
con el mismísimo rey
de los reinos de Arabia.

 El famoso al enterarse, blasfemó y monto en cólera
diciendo en voz muy alta:
"que se habrá creído esa golfa
y el guerrero de la esquina"
¿es que ninguno de los dos se imagina
cual ha de ser mi venganza?
Pues quemarles con la plancha las arrugas de la cara,
y como ya todo me resbala, seguiré con las de
las manos y una vez acabado el planchado 
      les haré cosquillas en el ombligo y como no se podrán rascar,
       será dulce la venganza, aunque los cuernos
  si no quiero que los vean,
   me los tendré que afilar.

El caviar volvió a la lata, la nena volvió a fregar
el guerrero a sus batallas y el capo a negociar.
Esta historia es ficticia, pero puede suceder
solo bastaría "los elementos poner."
La calle es la mía, y cual es, no diré,
lo que si les digo, es que mi calle es una calle de bien,
por muchos guerreros y capos,
proxenetas y borrachos
prostitutas y más gentes que se ven,
los seres que pueblan mi calle, no los cambio por usted.
Sí, por usted que me está leyendo,
que está acostumbrado a lo fácil y los problemas para aquel,
"Claro, para que cree que le pago. Para eso y lo que sea menester."
Más si algún día lo veo paseando por mi calle,
le haré una señal que no la comprenda nadie,
y si quiere yo le invito a dar un paseo por ella
le invito a un paseo y a una jarra de cerveza.

Se dará cuenta señor, que es mi calle como otras calles
con niños, ancianos y madres y el resto está en las faenas
propias de gente sin guantes,
pero con callos y heridas
de trabajos denigrantes.

En Barcelona se encuentra, esta que hoy ya es su calle,
que prefiere estar aquí que en los grandes bulevares,
porque cuando sale a Las Ramblas,
a derecha esta la mar
 y a izquierda el Santo Padre.
Y si no quiere andar mucho, pasee por las Ramblas,
que lo hará entre los colores
de tenderetes de flores,
con turistas y nativos en las mesas de los bares
   y si ponemos a todos, en la lista no nos caben,
que también hay trileros, engañabobos, comadres,
y muchos más prototipos de variado pelaje,
que te quitan la cartera mientras te ajustas el traje.
Más si tú estás atento, nada te ha de quitar nadie,
porque desde aquel Octubre, ¡recuerda!
Barcelona y sus gentes,
son para el resto del  Mundo
 "Los amigos para siempre"

sábado, 14 de diciembre de 2013

SI ME QUEDO DORMIDA.

Si me quedo dormida
 no me despiertes
vela tu mis sueños
besando mi frente.
 
Si me quedo dormida
no me despiertes,
besame los labios
pues no puedo verte.

Si me quedo dormida
no me despiertes,
acaríciame los senos
se alegraran tenerte.

Si me quedo dormida
no me despiertes,
duerme en mi cama
y roza mi vientre.

Si me quedo dormida
no me despiertes,
abrázame con fuerza
que temo perderte.

Si me quedo dormida
no me despiertes,
déjame que sueñe
sueños de quererte.

Si me quedo dormida
y ha amanecido,
despiertame enseguida
quiero estar contigo.

Si me quedé dormida
ahora estoy despierta,
tú no te levantes
que te abro mi puerta.

Si me quedé dormida
ahora estoy despierta,
hagamos el amor
y el día será una fiesta.