TU PUERTA.

Tus caricias y mis deseos

el tiempo los apagó,

ambos fueron hasta ayer

secretos entre tu y yo.

Mañana no habrán caricias

ni deseos tras tu puerta,

aquella que para mi

siempre tenias abierta.

Mañana, aquellas caricias

solo mías en el pasado,

las darás a uno que nunca

te amará, como yo te he amado.

Y si algún lejano día

nadie te dice "te quiero",

llámame y abre tu puerta

que quererte es lo primero.

Más, si no llega ese día

y el amor te hace sufrir,

no busques otros amores

mi puerta, abriré para ti.

MADRE, MI AMOR ESTÁ LLORANDO.

Madre, mi amor está llorando,

y no puedo consolarla,

¿sabes que me está pasando?

que nunca podré olvidarla.

Madre, por ella estoy muriendo

sin remedio y con razón,

por ti sufro este tormento

que me parte el corazón.

Madre, no, ya no te quiero

porque a los dos nos mentías,

decías: el amor es lo primero

y a escondidas, nos vendías.

Madre, esas treinta monedas

en tu tumba he dejado,

las devuelves cuando puedas

yo, ya pague por tu pecado.

Madre, aún puedo ayudarla

por eso a tu bondad me aferro,

ven conmigo a consolarla,

después, juntos vamos a tu entierro.